Antonio ha pasado a la clase de “mayores” en la guardería. Ha dejado la habitación de los bebés y se ha incorporado al “aula”, donde entre otras cosas ya tiene deberes. La primera unidad de conocimiento que está abordando es el aseo personal.
La verdad es que hemos hecho muchos avances en pocos días. Hemos aprendido lo que es la esponja, el jabón y el cepillo. Y es éste último utensilio el que le plantea dudas razonables. Antonio se lava los dientes con el cepillo de dientes, el del pelo y el de las uñas indistintamente. Yo intento explicárselo: “No, Antonio, éste es para las uñas… cepillo para las uñas… y éste para el pelo,… cepillo del pelo…”. Él me mira muy serio, me enseña lo que tiene en la mano y me dice “EPILO”, lo que yo interpreto como “a ver, mamá, deja de complicarme la vida. No son todos lo mismo, pues qué más da…”. Para él todavía la vida es fácil y un cepillo es un cepillo.
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